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GNU/Linux y la diferencia entre seguir un tutorial o aprender de él

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Ayer estaba buscando por Internet información sobre la implementación de un servicio en GNU/Linux y me encontré, como casi siempre, con una ristra de tutoriales de distintos blogs con tochos increíbles de comandos o archivos de configuración sin ningún tipo de información sobre lo que hacen ni sobre el motivo que nos lleva a realizar dicha acción. Esta es una de esas cosas que hacen que me hierva la sangre, así que he decidido que me voy a desahogar en las siguientes líneas.

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Linux

Cuando entré hace años en el mundo de GNU/Linux, sin conocimiento alguno de NADA de lo que envolvía a este sistema operativo, tuve una serie de idas y venidas de Windows a GNU/Linux por culpa de una actitud que veo repetida en blogs y foros cada día: el “copypasterismo ciego”.

Mi dinámica en aquellos tiempos, vista con perspectiva, era de lo más cómica:

  1. Desde Windows descargar ISO de (insertar aquí la distro de turno).
  2. Grabar ISO en CD.
  3. En el mejor de los casos conseguir instalar la distro (de no conseguirlo pasar directamente al paso 6).
  4. Arrancar por primera vez, entrar en algún tutorial de dudosa procedencia y copiar y pegar desde el primero hasta el último comando que apareciera.
  5. Cargarme el sistema de una manera u otra, normalmente debido al punto 4.
  6. Entrar en algún tutorial de aún más dudosa procedencia que el del punto 4 y ejecutar todos los comandos que hubiera con los dedos cruzados.
  7. Acabar de romper el sistema gracias al fantástico punto 6.
  8. Arrancar Windows.
  9. Esperar un mes.
  10. Volver al punto 1.

El copypasterismo ciego, como se habrá podido intuir, no es otra cosa que coger cualquier tutorial que exista en la enorme Internet y seguirlo de arriba a abajo sin pretender entender nada, copiando y pegando comandos o archivos de configuración con la esperanza de que nuestro blogger de cabecera no sea tan cabrón como para habernos dejado un “rm -rf /” entre esas líneas.

En primer lugar, evidentemente, la culpa es de los usuarios. Creo que esta es una mecánica heredada y evolucionada del mítico “Siguiente, siguiente…” de Windows. Al igual que cuando mucha gente instala un programa en Windows no le interesa nada de lo que sucede entre el doble clic al icono y el botón de terminar (aunque entre medio se nos pregunte si queremos instalar 3 motores de búsqueda, cinco barras en el navegador, un par de keyloggers y regalar un riñón), en GNU/Linux tampoco les interesa nada de lo que sucede entre el “sudo” y el “exit”. Este comportamiento deriva casi siempre en frustración del usuario, que acaba culpando de los errores que le puedan aparecer al software, al creador del tutorial o al sistema operativo. Esto evidentemente llena los foros y los comentarios de los tutoriales de preguntas muchas veces derivadas por la falta de atención a la hora de seguir estos tutoriales. El típico ejemplo de copypasterismo ciego donde el usuario no se ha leído absolutamente nada lo podemos ver en comentarios de este tipo:

“He ejecutado: mv /home/tuusuario/.bashrc /home/tuusuario/.bashrcold, y me da error”

Este ejemplo es de lo más tonto, y lo único que te puede provocar como editor del tutorial es dibujar una sonrisa y contestar tan amablemente como puedas que “tuusuario” se tiene que sustituir por el nombre de tu usuario. El problema viene cuando se arman auténticos pitotes al ejecutar a ciegas un comando, ya que tu, como escribes tutoriales para ayudar a la gente, vas a intentar ayudar a tu pobre lector, pero la solución puede ser un auténtico quebradero de cabeza para ambos. Para los editores de dichos tutoriales este comportamiento puede llegar a cansar muchísimo y hacerte llegar a plantear si realmente vale la pena escribir este tipo de entradas.

Hasta aquí la parte del usuario, vamos con la parte de los creadores de tutoriales, que en ocasiones tienen gran parte de culpa de este comportamiento de los usuarios. Internet está repleto de tutoriales, no sólo del mundo GNU/Linux, donde no se le da al lector ningún tipo de información sobre lo que está haciendo, ni siquiera se le redirige a alguna Wiki donde ampliar la información al respecto. Me repatean frases del estilo:

“Eliminamos el archivo de configuración, creamos uno nuevo y pegamos lo siguiente.”

Sin ningún tipo de explicación posterior de lo que hace el archivo que acabamos de crear. Si algo tiene bueno GNU/Linux es el no dejar de aprender nunca. Crear un tutorial donde no se va a facilitar al usuario ampliar conocimientos sirve más bien de poco, puesto que cuando haya completado tus “10 sencillos y maravillosos pasos para instalar LAMP”, tendrá que empezar a andar por él mismo, querrá realizar el paso número 11 por su cuenta, por ejemplo crear la base de datos, y no tendrá la más remota idea de por dónde empezar. Todos sabemos que es muy probable que aunque llenes de referencias tus entradas ni un 1% hará clic en ellas (yo lo veo en las estadísticas del blog), pero ese 1% que sí lo haga saldrá de tu tutorial con algo aprendido, o lo que es mejor, con la curiosidad por aprender.

Mi punto de inflexión en GNU/Linux llegó en el momento en el que decidí empezar a entender lo que leía por Internet en vez de ejecutarlo sin más. Dejé de instalar compulsivamente distribuciones y empecé a intentar entender qué estaba haciendo y porqué lo estaba haciendo. Esto me ha llevado a asentarme en GNU/Linux y a ser capaz de ayudar a gente con los mismos problemas que yo tenía.

Recomiendo encarecidamente a cualquier usuario de GNU/Linux que se plantee abordar los tutoriales con paciencia y ganas de aprender y, por favor editores, si tenéis la inquietud de compartir conocimiento hacedlo de verdad y no os limitéis a darnos una lista de instrucciones que de poco nos van a servir cuando hayamos llegado al final de ellas.